Premio Literario Taurino “Doctor Zúmel”
Para aquellos aficionados que
desconozcan quién era el Dr. Mariano Fernández Zúmel (como es mi caso) les diré
que era una eminencia que fundó la Sociedad Internacional de Cirugía Taurina y
presidió la Federación Internacional Taurina.
Este premio se instauró en 1989. Este año 2018 (en su XXX edición) han sido
galardonados con este importante premio el Dr. en Biología Fernando Gil Cabrera
y el insigne veterinario Julio Fernández Sanz.
La conferencia conjunta por la que
fueron reconocidos con tan alta distinción versaba sobre la situación actual de
la FIESTA DE TOROS en este siglo XXI y las 31 medidas para poder adaptar la
TAUROMAQUIA a la actualidad con perspectivas de futuro. Sería muy interesante
que todo aquel que de una u otra forma tenga relación con la tauromaquia
(incluidos los aficionados) buceen en internet en esa conferencia y verán la
perspectiva de la realidad actual vista por unos ilustres profesionales que
conocen a la perfección la TAUROMAQUIA desde sus orígenes y la poca o nula
evolución que ha tenido hasta este siglo.
Se hace imprescindible aplicar el
tratamiento que tanto Julio Fernández como Fernando Gil aconsejan para que esta
más que centenaria Cultura se adapte a los nuevos tiempos. Sería muy poco
original, si yo dijera que la Tauromaquia –por intereses– quedó anclada en el
pasado. Tratar de ignorar cómo evoluciona todo cuanto nos rodea nos hace estar
al margen del resto de los mortales y convertirnos en una especie de
“trogloditas” sedentarios, que no son capaces de aceptar sus errores y que
navegan contra corriente creyéndose los únicos salvadores de la tradición y
Cultura Taurina. ¡¡CRASO ERROR!!
La situación actual de la Tauromaquia
es comparable al escapismo del avestruz, que cree que metiendo la cabeza bajo
tierra nadie lo puede descubrir. No sería justo si no hiciera mención a un
empresario al que yo he reprobado en alguna ocasión, Simón Casas, que empieza a
tomar medidas (a veces criticadas por ciertos profesionales) procurando la
igualdad en los ganaderos y toreros –sin ventajas–. Este empresario empieza a
tomar el pulso a la Tauromaquia. ¡¡Algo es
algo!!
Los cambios, las nuevas tecnologías,
las redes sociales etc., afectan directamente en nuestras vidas que nos obligan
a evolucionar y adaptarnos a los tiempos, a excepción de la TAUROMAQUIA. No
estaría nada mal que los profesionales que hacen sus negocios alrededor del
TORO dieran voz a la afición y a la comunidad científica. Ambos ven venir el
futuro de la Tauromaquia. Unos porque conocen perfectamente cómo se manipula el
toro genéticamente para hacerlo cómodo restándole lo más preciado del animal,
¡¡la fiereza!!, que es lo que transmite a los tendidos; y los otros porque
estudian, sanean y controlan al toro desde su nacimiento y su evolución hasta
su reconocimiento y posterior salida a los ruedos. Ambos tienen mucho que decir
del futuro de esta rama de la Cultura. Hay otro mal endémico en la Fiesta de
Toros y es la falta de atención a los toreros emergentes, desde becerristas
hasta novilleros con caballos. Estas se pueden contar con los dedos de las
manos a nivel nacional. Esto no sucede en ninguna actividad pública con
capacidad de convocar masas como son los toros; véase el fútbol que es la única
actividad por encima de los toros con capacidad de convocatoria de cientos de
miles de personas y vean cómo cuidan las bases. Por cierto, ya es hora de que
los políticos empiecen a valorar la Fiesta Nacional –los toros– convertidos en “VOTOS” (se podrían
sorprender).
A “fuera parte” como diría el
extraordinario aficionado Carlos Herrera, ¿los ganaderos prestan atención
a veterinarios,
biólogos, científicos, catedráticos y especialistas en la ganadería
brava? Estos grandes profesionales ven cómo el ganado bravo se
manipula genéticamente para hacer el toro con una morfología y fiereza
adaptable a los toreros que aparecen a principio de temporada con más de 40
corridas y no se dan cuenta –o sí– que están transmitiendo a los tendidos
aburrimiento y monotonía, salvo en las tres plazas que todos conocemos y, esto
Srs. que manejan el “cotarro”, podría acabar con el futuro de la fiesta.
A los aficionados, Srs.
ganaderos, toreros, empresarios y apoderados –salvo raras
excepciones– nos aburren y a veces nos indigna la forma en que se nos trata,
sin tener en cuenta que somos el sostén de la FIESTA DE TOROS. ¡¡Tomen nota de
Francia del concepto y comportamiento para con los aficionados y sus demandas!!
Si no se toman medidas en cuanto a la
cría del toro bravo, así como en la liturgia en los distintos tercios de la
lidia y se aplican modificaciones para que la afición vuelva a sentir esa
comunicación entre el Toro y su antagonista llegando la emoción, no hace falta
ser un Séneca para saber cómo acabará esto.
Sinceramente, recomiendo a todo aquel
que viva o participe del toro bravo, se deje aconsejar, o por lo menos,
atiendan a la llamada de aquellos que sienten la Tauromaquia y al toro bravo,
más allá de los temas mercantiles y atiendan a los estudios de los
profesionales como es el caso de los consejos de estos doctores y el resultado
del estudio animal por los Srs. Fernando Gil y Julio Fernández y “pierdan” unos
minutos en saber cómo sus 31 conclusiones dan respuesta a la situación actual.
Sirva como ejemplo de sus tesis la diferencia entre la decadencia que sufren los festejos
de toros de muerte, y la progresión y capacidad de convocatoria cada vez mayor
de los recortadores, los toros en las calles, o los encierros. En
definitiva, se trata de adaptar la Tauromaquia al Siglo XXI, actuando con
cabeza y dejando entrar un soplo de aire fresco que venga de aquellas voces que
claman en favor de una Tauromaquia acorde con los tiempos. Y sobre todo que
reaccionen y no actúen como aquellas figuras orientales de los tres monos
sabios: VER, OÍR Y
CALLAR.
MI “INDULTO” DE HOY ES PARA: los
galardonados con el premio “Doctor Zúmel”, los Srs. Fernando Gil Cabrera y
Julio Fernández Sanz, por su magnífica aportación a la Fiesta de Toros y su
llamada de atención por solucionar el mal endémico de la Tauromaquia
adaptándola al siglo XXI.
ENVÍO “AL CORRAL” A: ganaderos, toreros,
empresarios y apoderados que, lejos de buscar soluciones al inmovilismo tanto
en la cría de toro bravo como en el desarrollo del espectáculo, solo miran para
otro lado esperando a que se solucione por sí mismo.
FUENTE: