jueves, 20 de diciembre de 2018

GANADOR DEL XXXVII CERTAMEN DE POESÍA ÁNFORA DE PLATA 2018 (España)

JOSEFINA SOLANO GANA EL XXXVII PREMIO DE POESÍA 'ÁNFORA DE PLATA'. ACCÉSIT, MIGUEL LIZONDO

La Casa de Melilla en Málaga ha fallado su XXXVII Certamen de Poesía 'Ánfora de Plata'.
El 6 de noviembre se reunió el jurado calificador de los numerosos poemas presentados desde todos los puntos de la geografía nacional y, tras un largo y minucioso estudio de dichos trabajos, según las correspondientes bases, acordó conceder por unanimidad el primero premio a la obra 'Por Trochas del Sidel', de Josefina Solano Maldonado, residente en Alhaurín el Grande (Málaga), y el accésit, a la obra 'Melilla tramo de luz' de Miguel Lizondo Martinez, residente en Madrid.
Josefina Solano Maldonado nació en Alhaurín el Grande (Málaga), es Licenciada en Filología Clásica y Filología Hispánica, y realizó los cursos de Doctorado en Literaturas Hispánicas en la Universidad de Málaga. Su trayectoria como escritora ha contado con el reconocimiento de autores tales como Ignacio Martínez de Pisón, Rosa Regás, Luis Antonio de Villena o la poeta melillense Encarna León entre otros muchos.
Ha sido premiada en más de un centenar de certámenes literarios a nivel nacional e internacional, entre los que cabe destacar el Premio Internacional de Narrativa 'Vivir', el Premio Internacional de Narrativa 'Ciudad de Torremolinos', el Premio Internacional de Narrativa 'Clarín' o el Premio de Novela 'Comarca del Maestrazgo'.
La ganadora asegura que el Premio de Poesía 'Ánfora de Plata' no sólo supone un ejercicio de creatividad poética sino un homenaje a la ciudad de Melilla, crisol de culturas y cuna de grandes talentos. "Decidí escribir un poema recordando la figura del escritor melillense Miguel Fernández, Premio Nacional de Literatura en 1977. 'Fuegos de la memoria', primera obra que leí del autor, supuso el descubrimiento de un poeta que me cautivó. Sidel es el nombre simbólico que muchas veces otorga a Melilla, y que fue conformando su mirada, su identidad como 'poeta fronterizo'. Su almazría o semillero, como él bien afirma en Fuegos de la memoria no puede entenderse sin el mestizaje de una ciudad que asimila con armonía las tres culturas: cristiana, árabe y judía".
El autor al que ha rendido homenaje "no incide en el descrédito de ideologías o religiones, su enorme valía reside en haber sabido entender y asimilar la pluralidad que enriqueció su vida y su obra. Su poesía es una forma de conquista, una mano abierta al otro, un ejercicio de reflexión sobre la condición humana que no puede nunca desprenderse de su memoria más íntima, de ese dolor y de esa extraña maravilla a la vez que supone la existencia", informa Melilla Hoy.



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