Premio de los cuentos de Ciencia Ficción
2019
Convocatoria para el concurso de relatos de Ciencia Ficción 2019, 5ª edición, dotada con 1.600 €
Héctor Espadas (https://hespadas.es), con su relato "Martina ama su trabajo", en el que descubrimos a Martina, recién despertada de su hibernación para supervisar a su androide instalador, en su labor de reparaciones en la colonia Próxima Centauri b, gana el V concurso de Ciencia Ficción, Homocrisis.
Dotación: Volvemos a aumentar la dotación: 1.600 € al relato ganador.
631 Relatos recibidos.
Finalistas 2019:
Alfonso López Frieiro, por El instalador
Carolina María Martínez Vázquez, por Humanas
Cristina Rentería Garita, por Dentro
Esther Román García, por Iteración
Gabriel Noguera Martín, por Por una noche
Joaquín Correa Barco, por Los “diferentes”
Jose Manuel Martín Cerecedo, por Micosis
Luis Gómez García, por Esa sombra que te alcanzará
Rodrigo Martín Antoranz, por Otros mundos, misma pared
Carolina María Martínez Vázquez, por Humanas
Cristina Rentería Garita, por Dentro
Esther Román García, por Iteración
Gabriel Noguera Martín, por Por una noche
Joaquín Correa Barco, por Los “diferentes”
Jose Manuel Martín Cerecedo, por Micosis
Luis Gómez García, por Esa sombra que te alcanzará
Rodrigo Martín Antoranz, por Otros mundos, misma pared
Extracto del relato ganador:
"En tres días llegaría a Próxima Centauri b. Allí siempre era de día. Al planeta le ocurría igual que a la luna terrestre: no rotaba sobre sí mismo, por lo que una de sus caras siempre estaba iluminada. En ese lado diurno era donde se estableció la colonia ACZP-33. Martina deseaba no tener que tratar mucho con los colonos. Esperaba pasar allí unos días y luego volver al silencio de la noche y dormir otros ochos años. No es que odiase a la gente, era que no se sentía en sintonía con nadie. Prefería a los artificiales antes que a los naturales. Estaba decidida a que, si legalizaban al fin las relaciones con vidas artificiales, se compraría un androide de esos de silicona, de aspecto totalmente humano, y lo programaría a su gusto."
"En tres días llegaría a Próxima Centauri b. Allí siempre era de día. Al planeta le ocurría igual que a la luna terrestre: no rotaba sobre sí mismo, por lo que una de sus caras siempre estaba iluminada. En ese lado diurno era donde se estableció la colonia ACZP-33. Martina deseaba no tener que tratar mucho con los colonos. Esperaba pasar allí unos días y luego volver al silencio de la noche y dormir otros ochos años. No es que odiase a la gente, era que no se sentía en sintonía con nadie. Prefería a los artificiales antes que a los naturales. Estaba decidida a que, si legalizaban al fin las relaciones con vidas artificiales, se compraría un androide de esos de silicona, de aspecto totalmente humano, y lo programaría a su gusto."
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