Jorge Volpi se quedó con el Premio Alfaguara de Novela
Lo ganó el mexicano Jorge Volpi por su atípica Una novela criminal, en la que denuncia, sin ficciones, la corrupción del sistema judicial mexicano y, posiblemente, el de buena parte de países de la región. Elegido entre 580 manuscritos, 88 de ellos enviados desde la Argentina, la XXI edición del codiciado Premio Alfaguara de Novela tuvo una nota emotiva en la evocación del fallecido Tomás Eloy Martínez, de cuyo deceso se cumplieron ocho años. "Me conmueve especialmente pensar que esta edición del premio haya sido dedicada a Tomás Eloy Martínez y que lo haya ganado yo, que tanto lo admiré", confió el mexicano Volpi apenas fue anoticiado.
"Escribir una novela sin ficción es muy complicado", admitió, en referencia al relato en el que recreó uno de los casos policiales más resonantes del México de los últimos años, capaz de provocar un conflicto diplomático con Francia.
Ocurre que, para muchos, lo sucedido sigue siendo un misterio. "Un montaje policial" que probó la inoperancia, la corrupción y la manipulación política del sistema judicial. "Este libro es un relato sobre la desesperación por conocer la verdad", dijo. La historia reproduce el caso criminal contra la pareja formada por el mexicano Israel Vallarta y la francesa Florence Cassez, que fueron acusados de secuestro en 2005. "A ella la liberaron hace años, pero él sigue en la cárcel sin sentencia", dijo Volpi.
El diálogo fue por videoconferencia entre la Universidad Autónoma de México, donde el premiado asistía a una reunión de trabajo, y el suntuoso Casino de Madrid, donde más de un centenar de personas compartieron el banquete con el que se celebró la entrega. Entre ellos estaba el español Ray Loriga, ganador de la edición del año pasado, que usó el seudónimo del futbolista argentino Juan Sebastián Verón. "Lo elegí porque quisiera ser tan especial como él. Una de mis frustraciones sigue siendo no conocerlo personalmente", confesó a la nacion.
En el estrado, el filósofo y escritor español Fernando Savater, quien ofició como presidente del jurado, especificó las bondades del texto. Destacó que el autor "rompe con todas las convenciones del género para colocar al lector y a la realidad frente a frente, sin intermediarios". Tampoco hay veredicto. El lector sigue sin saber quién es culpable. "La única realidad es la perplejidad", sostuvo. Y tanto como explicó eso admitió que una vez que tomó el texto no pudo soltarlo. Por entonces, solo conocía al autor por su seudónimo: G. Fuchs. El texto erosiona la barrera entre literatura y periodismo. "En realidad, yo creo que ese es un muro más académico que real", sostuvo. Un recurso en el que reconoció la influencia de Eloy Martínez y al que justificó como idóneo para "encontrar esas otras verdades que hay detrás de la verdad oficial".
La experiencia le llevó tres años de investigación y la lectura de un expediente más que nutrido. "Fue un poco desempolvar mi pasado de estudiante de Derecho", dijo, al bromear con la idea de que, tras haber considerado durante años que aquella opción había sido "un error histórico", al final terminó siendo una eficaz ayuda para el nuevo desafío literario. La verdad, dijo, se ha convertido en una obsesión inalcanzable. Sobre todo, en los sistemas de justicia y de gobierno de México. "Eso de la posverdad de la que tanto se habla ahora la ensayamos en México y en América Latina mucho antes de que el término se hiciera famoso con [el presidente de los Estados Unidos] Donald Trump", ironizó.
De 49 años, Volpi es autor de ensayos como Una historia intelectual de 1994 y novelas como La tejedora de sombras, por la que obtuvo el Premio Planeta-Casa América. Dotado con 175.000 dólares y una escultura de Martín Chirino, el Alfaguara de Novela es uno de los galardones más codiciados de la literatura en español.
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