El médico Orlando Mondragón gana el premio Loewe de poesía por sus versos sobre la enfermedad
El jurado destaca su capacidad para convertir la patología en algo poético. Es el primer galardonado menor de 30 años
“Le tomo la mano a mi enfermo
para saber que sigo vivo.
Ha muerto unos instantes
después de que mis manos
buscaran despertar su sangre.
Oscuras turbulencias
revolvían su pecho.
Su vida coagulada
detenía el oxígeno.
No funcionó.
Su corazón ya no podía hablar,
tartamudeaba.
Dentro de las costillas
un ritmo incompatible, atropellado,
un código sin traducción.
Le tomo la mano a mi enfermo
sin que los otros miren.
El monitor de pulso
sigue chillando con su alarma.
Una enfermera lo apaga. Silencio.”
Y otra:
“Su nieta la encontró en el baño,
sentada en su propia oscuridad.
La sombra de su mente
le ha desordenado las palabras.
¿Dónde soy? ¿quién estoy?
Preguntas que se hacen
cada vez más urgentes.
Con tijeras le quitamos la ropa.
Ella cubre su vulva con las manos.
Su intimidad cae a gajos,
a rasgaduras.
Ella dice que no, pero es preciso.
No, no, repite.
Recaudamos signos y hematomas. No.
Le quitamos las manos. No.
La despojamos de todo. No.
Grita.
Ella no sabe dónde está.
Pero sí quiénes somos
nosotros, los enfermos.”
Estos son dos de los poemas que componen Cuadernos de patología humana, el poemario ganador, que obtendrá 25.000 euros además de la publicación de su libro por Visor. Orlando Mondragón, nacido en 1993 en Guerrero, México, es el primer galardonado menor de 30 años. El jurado estaba presidido por Víctor García de la Concha y de él formaban parte la citada Glantz, Gioconda Belli, Antonio Colinas, Aurora Egido, Juan Antonio González Iglesias, Carme Riera, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena y Diego Doncel.
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