El talento de escribir versos reversibles
El profesor de la ULL Carlos Felipe Martell gana un premio internacional de palíndromos
Carlos Felipe Martell en una firma de libros. JUAN CARMONA
“Palabra o expresión que es igual si se lee de izquierda a derecha que de derecha a izquierda”. Esta es la definición oficial de un palíndromo. Lo que parece algo relativamente sencillo si pensamos en palabras como oso –palabra que cumple a la perfección los requisitos planteados– puede volverse un reto imposible si se limita el tipo de letras a emplear y las creaciones se deben extender a lo largo de varias frases. Eso que para el común de los mortales es algo prácticamente imposible, se ha convertido en casi un pasatiempo para Carlos Felipe Martell, profesor de Estadística de la Universidad de La Laguna (ULL). “Realmente es como un juego y la verdad es que siempre he tenido la manía de leer al revés”, aseguró.
También escritor, este palmero de mente inquieta que se crece ante las dificultades acaba de hacerse con el XI Premio Internacional de Literatura Palindrómica Rever 2021. Martell superó con éxito el reto planteado por la organización: crear dos palíndromos compuestos con las letras del 50% del alfabeto. Para el primero debía usarse la primera mitad, de la A a la N. Para el segundo, las letras comprendidas entre la Ñ y la Z. “Sin querer, añadí más restricciones a la propuesta. Eso me llevó a fabricar unos palíndromos muchísimo más complejos que los solicitados. Mi interpretación fue que tenían que aparecer todas las letras del alfabeto, sin excepción. Bajo estas condiciones, la segunda composición fue la más complicada, pues requería meter en un solo palíndromo –obligatoriamente para mí– letras como la Ñ, Q, V, W, X, Y y Z, con la O y la U como únicas vocales. Pero así son los retos. Cuanto más difíciles, más disfrutas”, detalló.
Martell, que lleva desde 2013 “metido” en el mundo de la palindromía, está inscrito en el Club Palindromista Internacional. No son muchas las personas que se dedican a elaborar estas complejas frases o expresiones reversibles. “Hay unos 80 asociados por todo el mundo. Todos los años, el movimiento Rever convoca este premio y fija determinadas condiciones en las bases”, explicó. A Martell, que ya había recibido varias menciones de honor por sus participaciones anteriores, este 2021 le ha sorprendido con el primer premio. La estadística también puede que tenga mucho que ver en su capacidad para jugar con las palabras y convertirlas en frases capicúa, como los números. “Al buscar la simetría perfecta, los palíndromos tiene mucho de matemática. La parte literaria, sin embargo, es la más compleja. Yo tengo algunos de hasta 20 versos”. “Son juegos mentales pero con armonía”, añadió.
Este autor tiene ya seis libros en el mercado y está en medio de la preparación del séptimo. Empezó a escribir tras desencantarse con un best seller de intriga que le decepcionó justo a la mitad de la historia. “Entonces intenté hacer yo uno pero no tenía nada que contar, así que le metí recursos de mi vida, como la Universidad, y funcionó muy bien”. Ese libro, titulado Los privilegios del azar, se convirtió en todo un éxito de ventas. Las ganas de seguir creando le llevaron a plantearse otro reto, escribir sus siguientes libros guiándose por un listado de palíndromos que él mismo elaboró. “Fue la forma que encontré de escribir una novela sin tener un argumento. Hice entre 50 y 60 palíndromos que fueron como un guión: las piezas del puzzle que tenía que ir uniendo”. De ahí nacería su trilogía: El asesino del rap, San Sebastián y Cupido y La morada de los osados. Los escribió cada uno en un verano porque el rígido sistema de redacción que se impuso no podía ser interrumpido. “Había muchas puertas abiertas y para cerrarlas era necesario hacerlo todo seguido. Si paras, estás muerto”, reconoció. Las tramas, todas de intriga, llegaron a él “susurradas” por esos palíndromos que creó sin saber a dónde lo conducirían. Posteriormente también publicó Los custodios de la Virgen y el relato corto Una semana... ¿De basquet?
Después de esa sucesión de libros, que Martell lanzó en apenas cuatro años, decidió tomarse un tiempo de descanso. “Me cansé de las ferias, de las firmas en las librerías y de todo eso. No me dedico a esto profesionalmente y si no lo disfruto al cien por cien prefiero tomarme una pausa. Ahora mismo estoy preparando el que será el séptimo”, adelantó. Para este autor, la clave para convertirse en un buen palindromista es sencilla: “tener ganas y paciencia”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario