ANGÉLICA SONIA BARRENECHEA ARRIOLA "ASBA"
"Me gusta darle voz a los invisibles, eso me ocupa mucho en mis escritos."
En
todo escritor(a) fluye una esencia invisible que hace visible en el corazón de
sus lectores el amor por la lectura. ¿Cómo te definirías y cuál crees que es la
esencia que deseas transmitir a tus lectores?
R.
Yo soy una observadora de la vida cotidiana y las emociones de la gente de
acuerdo a las situaciones que enfrenta, a la historia que le precede y al
hábitat en donde está. Con eso genero una empatía que me permite representar
esos protagonistas de la vida diaria en diferentes historias. Por lo que creo
que el lector se siente, más de una vez, identificado con mis personajes.
Te
imaginas estar en un universo acompañado de todos los escritores del mundo.
¿Con qué escritores te gustaría entablar una amena conversación? ¿Por qué?
R.
No soy una académica en la materia y realmente me encantaría escuchar a muchos
por la admiración que les tengo, me cuesta nombrar a alguien especial, porque
este camino de las letras me ha llevado a descubrir tesoros increíbles en personas
comunes que escriben y que tienen una filosofía de vida digna de aplicar. Soy
buena escuchando y atesoro las maravillosas palabras que oportunamente me
dieron estas personas magnificas ya sea en persona o en sus textos. Si pudiera
trascender las dimensiones sin duda, quisiera sentarme a compartir vivencias
con Alfonsina Storni, porque me siento muy identificada con su historia de
vida, y si fuera de las personas contemporáneas que hoy escriben, me gustaría
mucho conversar con Isabel Allende como novelista, y como mujer que superó sus
barreras, igualmente me sigo sorprendiendo con cada escritor que día a día me
encuentro para compartir un mate y muchas palabras.
Una
pregunta regular y corriente, de cajón por decirlo, en la literatura sería: ¿El
escritor nace o se hace? Desde el punto de vista personal ¿Cuál sería tu
opinión?
R. Siento que el escritor, como todo oficio, nace con una predisposición, un potencial, una vocación, pero también como todos los oficios hay que hacerse al hábito, a la técnica, al oficio. Aunque creo que nunca se le pueden pedir peras al olmo, por lo tanto sin ese potencial innato difícilmente se logre un buen escritor, y a la inversa si solo dejamos que fluya lo que traemos sin mediar una labor responsable y comprometida, el resultado será mediocre.
Navegando
en el mar de los recuerdos, podrías cerrar los ojos y retroceder en el tiempo
para rememorar aquel primer contacto con la escritura. ¿Recuerdas cuál fue tu
primer escrito: poema, relato u otra inspiración?
R.
No sé exactamente el primero, pero sí sé que fueron unos versos. Comencé a los
doce años a escribir poemas, para la familia, amigos, profesores y luego mucho
más tarde me incliné también a la narrativa. El comienzo fue netamente
emocional y confieso que el detonante para que surja la idea siempre lo es,
aunque luego uno aplique todo lo aprendido en el oficio y pueda resolver de una
manera técnica el trabajo logrado.
Cuando
publicas tu primera obra literaria es como estar presente en el parto de tu
primera hija o de tu primer hijo. Es una sensación indescriptible. ¿Cuántos
libros has publicado? ¿Qué destacarías de ellos?
R.
Tengo mis libros auto-publicados, lo que hace que muchos tengan un concepto
desvalorizado de esta situación. A esta altura de mi vida y mi carrera literaria,
poniendo la experiencia en la balanza y habiendo vivido lo vivido, no me genera
lo mismo que un parto la edición de un libro, nunca fue tan importante para mí,
pero hoy lo tengo aún más naturalizado. Editar para mí ha sido una cuestión de
orden, porque soy una escritora constante desde temprana edad y no podría
organizar mis escritos de mejor manera que en un libro, igual sigo teniendo más
producción que ediciones. Tengo ya escritos más de cuarenta libros, muchos de
poemas, pero no todos están plasmados en libros, tengo que seguir ordenando. También
escribo cuentos, narrativa, micro cuentos, aforismos, cartas, novela, infantil,
filosófico espiritual y un poco de narrativa con un toque
de humor. En mis libros destaco, que siempre me han dado un espacio para ser la
que fui en el momento de escribirlos, me gusta verme en mis palabras, ver mi
evolución y ver mi vida.
En
la actualidad las redes sociales son como el pan de cada día. ¿Cuál es tu
opinión acerca del papel del escritor en este mundo digital?
R.
Yo fui conocida en otros países primero gracias a internet, por lo que nunca
renegaría de ello, todo lo contrario, me abrió muchísimas puertas. Igualmente
siento que se está perdiendo el hábito de la lectura, pero también está
cambiando la forma y las dimensiones de los textos. Yo creo que el escritor
debe encontrar la manera de llegar al lector por este medio, porque al fin y al
cabo de qué sirve crear si no lo podemos trasmitir. El mundo está vivo, cambia
todo el tiempo, nosotros tenemos que seguir creando desde la observación
constante, sino quedaríamos atrapados a la forma, yo no creo que eso sea
saludable para evolucionar como humano, ni con cualquier rol que desempeñes.
Cuando
eres niño, muchas veces, miras a tu madre y a tu padre, y dices: “De grande
quiero ser como ella o como él”. En tu deseo de ser escritor(a) qué autores
fueron la inspiración para que se materialice en ti ese efecto creativo.
R. De pequeña leía a Machado, Neruda, Lorca, me encantaba la poesía. Luego en la adolescencia conocí a través de la escuela a Alfonsina Storni y Juana de Ibarbourou que me encantaron, soy poeta ante todo y también escribo narrativa, pero mi naturaleza es poética. Ya en la adolescencia comencé la lectura de novelas, son muchas las que me fueron impactando de acuerdo a mi edad, aunque de las tradicionales me llegó al corazón Mujercitas y más tarde en las contemporáneas El pájaro canta hasta morir, eso seguramente porque mi etapa más romántica, más tarde me volqué a otro tipo de lecturas como Médicos, El diario de Ana Frank, o El color Púrpura, El amor en los tiempos de Cólera, Cien años de soledad, amo el realismo mágico.
En
cada escritor(a) la musa creativa depende del lugar, el tiempo o estado de
ánimo. ¿Cuál es tu sitio o momento preferido para crear? ¿Tienes alguna manía a
la hora de escribir o leer?
R.
La inspiración me llega en cualquier momento o lugar, por lo que anoto para no
olvidarme en papeles, o ahora en el celular, algunas palabras para que no se
vaya la idea o si hay tiempo me pongo a escribir un párrafo en cualquier lugar.
Me gusta escribir directamente en la computadora, con un buen asiento, si es
posible con luz natural aunque luego me termina agarrando la noche y quedo a
oscuras con la sola luz del monitor, y un gran café con leche que termina
enfriándose y lo sigo tomando a destiempo.
Para
escribir hay que amar la lectura o por lo menos considerarla parte de uno, todo
esto es un síntoma de enriquecimiento a la hora de crear. ¿En tus tiempos
libres lees algún libro? ¿Recomendarías alguno que hayas leído?
R.
En estos tiempos estoy leyendo filosofía contemporánea, sobre la existencia del
hombre, su espiritualidad, ese tipo de temas me gusta leer en mis recreos. También
vuelvo a los clásicos, ahora estoy releyendo Rayuela, porque cuando uno cambia,
también cambia la percepción de lo que lee, el lector tiene un porcentaje muy
amplio de la obra, no todo lo dice el autor. Igualmente me gustan mucho las
novelas, ahora también estoy abocada a leer escritores que me han hecho llegar
sus libros, tengo muchos pendientes en eso todavía. La última novela que leí en
esto de revisar mi propia biblioteca fue Malinche, de Laura Esquivel, me
encantó. Yo solo recomiendo leer, creo que cada uno debe empezar por los temas
que ya lo seducen y poco a poco ir incorporando otros temas, otros autores.
En
el pensamiento de cada lector, a veces le gustaría ser algún personaje: héroe,
villano… ¿Qué personaje, de las obras que leíste, te gustaría ser o conocer?
¿Por qué?
R.
Cuando era pequeña quería ser Jo del libro Mujercitas, y no estoy tan lejos de
haberlo sido. Hoy no me pasa lo mismo porque estoy abocada a tratar de
mantenerme siendo yo misma sin la influencia de las formas que siempre quieren
dominarnos, pero cuando estoy en el proceso de lectura entro en el protagonista
y voy siendo él con toda mi imaginación unida a la del relator, si la lectura
no me apasiona entonces es muy posible que entre en el rol del escritor y sea
mucho más crítica como lectora.
Y
por último. Entre gustos y colores ¿Por qué género literario te decantas:
narrativo, lírico o dramático?
R. Como
te dije antes soy poeta, naturalmente poeta, y siempre incursiono en la
narrativa dramática o de humor, desde la simpleza de lo cotidiano hacía la
profundidad del ser. Me gusta darle voz a los invisibles, eso me ocupa mucho en
mis escritos. Por ahí creo que seguiré caminando, mientras el viento me traiga
palabras y la palabra me lleve por los caminos a recorrer.