Un madrileño aficionado a la literatura gana el concurso de haikus científicos organizado por la Universidad de Almería
Se trata de Francisco Pisonero Alonso, de cincuenta y dos años, quien se encuentra preparando la edición de su primer libro de haikus. En esta primera edición del concurso, organizado por el Vicerrectorado de Comunicación y Extensión Universitaria, se han presentado más de 60 obras de temática científica.
El pasado día 22 de marzo, el jurado del I Concurso de Haikus Científicos –Scikus–, coordinado por las Aulas de Divulgación Científica y de Letras de la Universidad de Almería, se reunió para deliberar sobre las obras presentadas a dicho concurso, cuyo objetivo es el de potenciar las relaciones entre Ciencia y Literatura a través del fomento de la creación literaria de Haikus, un breve poema de origen japonés con una estructura fija de una sola estrofa, y con una métrica muy concreta.
Participaron más de sesenta obras de temática científica, pero, finalmente, el haiku presentado por Francisco Pisonero Alonso fue elegido por unanimidad como el mejor entre los presentados. Este escritor madrileño –funcionario del Ayuntamiento de Fuenlabrada– es aficionado al haiku y la poesía, en general, y ya ha ganado previamente diversos concursos en webs literarias. Actualmente se encuentra preparando la edición de su primer libro de haikus. El texto con el que se presentó al concurso y que le ha valido el premio dice así: Al infinito, sin llegar a tocar, dos paralelos.
Esta original iniciativa se enmarca dentro del compromiso de la UAL con la divulgación científica. El gran número de propuestas recibidas da una idea del creciente interés que ésta suscita en nuestro país. En anteriores ocasiones, el Aula de Divulgación Científica ha llevado a cabo diferentes actividades en las que la ciencia era la protagonista a través de charlas didácticas, conferencias e incluso actuaciones musicales. En esta ocasión ha sido la poesía la que se ha sumado al acto de difundir la ciencia. Una novedad que los organizadores van a tener en cuenta de cara al futuro.
El concurso se desarrolló a través de las redes sociales Twitter e Instagram y, a juicio de José Antonio Garrido, director del Aula de Divulgación Científica, “las obras presentadas tenían, en general, un nivel muy alto, tanto literario como científico, lo que hizo que la deliberación final tuviera lugar entre un número de composiciones bastante elevado”.
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